Se cuenta que hace mucho tiempo los gatos no vivían con las personas en sus casas, sino en la sabana con los demás animales salvajes. También se dice que hubo una gata que pasaba los días a solas entre los matorrales, cazando animales pequeños y divirtiéndose al perseguir insectos. Así pasaron las estaciones, hasta que un día se cansó de la vida solitaria y decidió esposar a un gato salvaje. La gata consideraba que su esposo era el animal más fuerte de la selva y así vivieron muchos años, juntos y felices.
El animal más fuerte de la selva
Un día cuando paseaba la pareja de gatos entre la estepa, un fiero leopardo apareció de la nada y se abalanzó contra el gato macho. Sin más remedio el pobre gato quedó hecho pedazos entre las garras del enorme felino. ― ¡No cabe duda, el animal más fuerte de la selva es el leopardo! ―dijo la gata, seducida por la fuerza del felino―. Así que la gata se fue a vivir con el leopardo y vivieron juntos por mucho tiempo.
En una ocasión, cuando cazaban en los matorrales, el leopardo y la gata, un poderoso león salió de las sombras y abatió al leopardo con superioridad. ― ¡No cabe duda, el animal más fuerte de la selva es el león! ―Dijo la gata y, seducida por la fuerza del animal de la melena, se fue a vivir con el león. De este modo vivieron juntos muchos años.
El gigante y el enano de la selva
Un día cuando los felinos salían de cacería, en un momento de descuido, el gran león fue aplastado por un animal gigante: un elefante que iba por la estepa sepultó al león bajo su pie, que parecía el ancho tronco de un árbol. ― ¡No cabe duda, el animal más fuerte de la selva es el elefante! ― Dijo la gata, admirada una vez más. Y como ya podemos adivinar, la gata se fue a vivir con el elefante. Así pasaron muchos años, la gata dormía y jugaba en la espalda del animal colosal y ambos eran felices.
Justo cuando la gata creía haber encontrado al animal superior de la selva, el gran elefante cayó muerto una tarde que pasaban cerca del pantano. El responsable había sido un pequeño hombre con una lanza, entonces la gata entendió que el responsable de la muerte del elefante fue aquella criatura aparentemente débil. ― ¡Esta vez no puedo equivocarme, el animal más fuerte de la selva tiene que ser el hombre! ― Dijo la gata, que se fue detrás del hombre. Una vez en la aldea del hombre, la gata se instaló en el tejado de la choza del cazador; desde donde baja para cazar ratones y ayudar a la gente con las plagas.
Los gatos se instalaron en las casas
En una tarde, pasó lo inesperado. Dentro de la choza, el hombre empezó a discutir con su mujer. Rápidamente empezó a subir de tono la voz de la mujer y, de pronto, el hombre salió corriendo de la choza, muy asustado. ― Ya entiendo, el animal más fuerte de la selva es la mujer ― Dijo la gata, que enseguida bajo del tejado y se instaló en el interior de la choza. Y desde entonces, los gatos viven en el interior de las casas de las personas.