En el país del Ecuador, tiene su lugar una etnia indígena conocida como los Kichwa. Estos pobladores son célebres por su producción del textil y la artesanía. El pablado de esta gente tan singular se ubica a tan solo una hora y media al norte de Quito, capital del país, y a los pies del volcán llamado Imbabura. Aunque a los extranjeros no nos resulte tan famoso este pueblo, seguramente su mitología sí. Entre los kichwa destaca el mito de la Pacha-Mamá, la madre naturaleza que dio origen a todo los seres vivos.
La creación del mundo
Entre el pueblo kichwa se creía que en un principio, en el Ñawpa-Pacha ―Tiempo adelante― no existía nada más que el vacío, ninguna criatura respiraba en el mundo. Solamente latían los corazones de las deidades primigenias: Atsil-Yaya, considerado el gran espíritu vital universal masculino, y Sami-Mama, que era el gran espíritu vital universal femenino. Este dúo divino habitaba un universo carente de todo contenido, ni siquiera existía el día.
En medio de la quietud intrigante, llegó el día en que Atsil-Yaya dijo a Sami-Mama que era necesario unirse con ella. De esta manera, la pareja divina se unió como marido y mujer, quedando Sami-Mama embarazada al poco tiempo. A partir del embarazo de Sami-Mama, nacieron los Aya, considerados espíritus vitales; los Duendes, criaturas diminutas que gobiernan el oro, la plata, los minerales y viven en las entrañas de la tierra; y Pacha-Mama, la deidad conocida como madre mundo, madre naturaleza o madre universal.
El nacimiento de Pacha-Mama
El parto que daría a luz a Pacha-Mama no fue ordinario. Se dice que mientras nacía Pacha-Mama, el dios viril Atsil-Yaya hizo sonar con fuerza su churu ―caracol gigante― y enseguida hizo su aparición el amanecer. Muy rápido, como solo sucede con los portentos, Pacha-Mama creció hasta convertirse en mujer. Apenas maduró cuando su vientre empezó a abultarse, pues según refieren los mitos ella nació embarazada.
Asimismo, se cuenta que cuando llegó el tiempo de que Pacha-Mama diera a luz, de su vientre broto el agua y el cielo se llenó de rayos y truenos porque nacían el sol, la luna y las estrellas. En fin, todo surgió del vientre de Pacha-Mama: las piedras, la tierra y el fuego; las plantas, los animales y los verdes montes; el poderoso huracán, el arco iris y el viento; también el hombre, la mujer y todo lo que habita la tierra. El milagro de la vida se debe a que todo cuanto Pacha-Mama había dado a luz estaba vivo.
La consciencia del mundo
La idea de la naturaleza como una madre no es exclusiva de la etnia kichwa, pero sí su forma de representarlo con este mito. Aunque en la actualidad se habla de consciencia ambiental e impactos al planeta, la noción de la naturaleza como un organismo que nos contiene y sustenta ya estaba presente entre los antiguos kichwa. Así que más allá de la fantástica visión mitológica que nos ofrece el relato, se rescata el mensaje de consciencia hacia el mundo que habitamos.
Il gracias por compartir identidad ojala estos mitos fueran obligatorios estudiar a los que desean ser maestros de escuelas interculturales