La historia sobre el Chavarín es un relato popular en los pueblos cercanos a Ameca, Jalisco. Se dice que durante los años 1850 hubo una terrible sequía en el pueblo. Aunque los campesinos imploraban a Dios que hiciera llover, no caía ni una gota de agua. Como era de esperarse, la falta de alimentos trajo hambruna pero también pobreza, pues no había trabajo.
Una tarde, la esposa de Pedro le dijo que sus hijos estaban muy hambrientos por culpa de la sequía. El hombre que después sería conocido como el Chavarín, respondió enojado que él no podía hacer nada. Sin embargo, en el fondo, el señor estaba desesperado porque veía sufrir a sus pequeños. De este modo, no tuvo más opción que hacer un pacto con el diablo y salvar a su familia.
Pedro vende su alma al diablo
El relato sobre el Chavarín continúa y dice que Pedro salió al patio de su casa a la media noche. Entonces comenzó a invocar al diablo, con voz grave y desafiante. En el acto, el mismísimo Satanás se hizo presente para ofrecer mucho dinero a cambio de su alma. Desde luego que el señor aceptó el trato y recibió varios sacos cargados con monedas. Pero algo en su interior cambió, puesto que se volvió egoísta y frío. Al contrario de lo que se pensaba, Pedro abandonó a su familia y se fue a vivir solo al río. Sus únicas compañías eran las bolsas de dinero y una culebra.
El monstruo llamado el Chavarín
Preocupada por su esposo, la mujer de Pedro le contó todo a un sacerdote. Juntos se dirigieron a casa del hombre maldito. Cuando el ambicioso los vio llegar, tomó todo su dinero y se arrojó al río junto con la culebra. Desde ese día nadie lo volvió a ver, al menos no como humano. Hoy en día, las madres dicen a sus hijos que no se acerquen al río porque un monstruo mitad humano y culebra los ahoga en el agua. Esa criatura es el Chavarín.