En una ranchería ubicada en las afueras de la ciudad de Tijuana, en la frontera México-Estados Unidos, vivía una joven enfermera. El nombre de la mujer era Eva, quien era conocida por prestar servicios a la gente del pueblo. Para la joven servicial los días pasaban sin sorpresa, entre visitas a pacientes y algún favor a quien lo necesitara. Sin embargo, un día apareció una mujer que venía desde una lejana ranchería. La señora le pidió que fuera a atender a su marido, en un rancho cercano a La Rumorosa.
La desgracia de Eva
Sin lugar a dudas, el sitio estaba muy retirado y tomaría horas ir caminando. Pero el buen corazón de la enfermera la hizo aceptar. De este modo, prometió que en cuanto terminará de visitar a un paciente, saldría rumbo a La Rumorosa. Cuando cumplió con los deberes de enfermería, partió por el camino señalado. Debido al intenso sol del desierto tijuanense, la joven sufrió un poco de confusión y perdió el camino. Luego de caminar por horas se encontró extraviada en medio de la zona desértica de La Rumorosa.
El espíritu de La Rumorosa
Cuando cayó la noche, el pánico se apoderó de Eva puesto que en los cerros de La Rumorosa se aparecían fantasmas, brujas y demás criaturas. Justo como lo temía, las rocas del lugar y animales comenzaron a transformarse. Pronto, una multitud de espectros la atormentaban, hasta el punto de hacerla correr. Así pues, mientras corría, la enfermera cayó entre unas rocas y perdió el conocimiento para siempre.
En el pueblo nadie volvió a ver a Eva, creían que había muerto. No obstante, cuentan los tijuanenses que cuando transitan las carreteras de La Rumorosa ven a una mujer vestida de blanco. Momentos después, la mujer aparece en el automóvil y desaparece cuando llega al panteón.
esta muy bien para mis deberes
estubo muy buena :3