Entre las tribus kichwas es conocido el mito de los vientos, un relato fascinante que describe los distintos vientos. De acuerdo con los ancianos, el viento que corre por los cerros y el mundo no es uno solo. Al contrario, son muchos y forman una familia entre sí. Desafortunadamente, como sucede en las familias, hay integrantes malos. Algunos de esos vientos malignos son el viento del cerro y el viento Wañunahuaira. Se dice que el primero es viento muy halado que habita en las cimas de las montañas. Esta corriente es capaza de provocar el soroche o también llamado mal de montaña. Mientras que el segundo es el viento de la muerte.
El Wañunahuaira y el Ninahuarai
En el mito de los vientos el Wañunahuaira y el Ninahuaira ocupan un lugar muy importante. Como ya mencionamos el primero es el aire de la muerte. Pero este nombre no se debe a que quite la vida de las personas, sino que guía a los muertos. Se dice que su corriente marca el camino que los espíritus deben seguir para volver a casa el día de los difuntos. Incluso, se sabe que el mismo aire abre la puerta de la casa para que entren. Por si fuera poco, escucharlo silbar en las noches oscuras y heladas eriza la piel de los más valientes.
Ahora es turno de los vientos malvados, también incluidos en el mito de los vientos. Ninahuaira es un viento que provoca muchas enfermedades a los hombres. Desafortunadamente, los médicos no pueden curar sus males y se debe acudir a un brujo kichwa. El remedio consistirá en una limpia con un huevo o algún animal, se debe frotar todo el cuerpo. Después hay que abrazarse de un árbol cuya corteza causa alergia en la piel, para luego orinarlo. Por último se debe hacer una señal con una moneda y arrojarla hacia atrás. Nunca hay que regresar la vista o el mal regresa.