El mito de Arondo-Jenu ha sido transmitido de generación en generación y nos cuenta un misterio fantástico. En algún tiempo muy remoto gobernaba el rey Atungulu, quien había heredado el reino de su padre. Para hacerse compañía, mandó construir ocho casas donde los aldeanos podían habitar. Sin embargo, todo aquel que estuviera en su contra sería devorado por el rey Atungulu. Al poco tiempo, el terrible gobernante había tragado a todos sus enemigos y vivía solo. Por lo cual se casó con Arondo-Jenu, hija de un rey vecino. No obstante, los tres hermanos de la doncella decidieron rescatarla.
La batalla de los hermanos en el mito de Arondo-Jenu
De acuerdo con el mito de Arondo-Jenu el primero de los hermanos intentó rescatarla pero fue devorado. Después de éste, llegó el segundo hermano al reino de Atungulu pero también fue devorado. Así que sólo quedaba el tercero de ellos, llamado Reninga. Este último libró una fiera batalla contra el rey come hombres pero fue vencido. No obstante, gracias a un fetiche mágico, Reninga pudo salir del estómago de su enemigo. Al verlo, el rey no podía creerlo. Así que devolvió a Arondo-Jenu con la condición de no volver a casarse, de lo contario moriría. Al poco tiempo, la doncella contrajo nupcias y murió.A causa de la tristeza, Reninga decidió ahogarse en el río donde el Atungulu había perecido. Se dice que fue tan grande la pena del hermano que sólo con la muerte pudo superar el pesar. A partir de estos hechos, quienes se asomaban al río podían ver los cuerpos de Atungulu y Arondo-Jenu. Además, se cuente que las uñas de la mujer eran tan relucientes como un espejo. Así que gracias a ello, el agua adquirió la facultad de mostrar el reflejo. Desde entonces es muy conocido el mito de Arondo-Jenu y el poder del agua para devolver el reflejo.