En la actualidad, los selk’nam o selknam han desaparecido de la isla Grande de Tierra del Fuego, sin embargo se conserva el mito de la ceremonia del Hain. Los descendientes mestizos cuentan que hace cientos de años, quizá miles, las mujeres dominaban en la tribu.
En aquella época, las féminas se reunían en la Gran Choza para implorar a Jalpen que calamara su furia. Dicha diosa estremecía la tierra desde las entrañas. Por este motivo, los varones vivían atemorizados por la posibilidad de perder a sus mujeres. Como única medida, trabajaban más duro y proporcionaban numerosas ofrendas de carne a Jalpen.
El nacimiento de la ceremonia del Hain
Se cree que las mujeres del tiempo mitológico eran lideradas por Krah, la diosa de la Luna y opuesto de Kren, el Sol. A decir verdad, lo que detono la ceremonia del Hain fue el engaño que mantenían las selknam.
En realidad, las mujeres de la aldea utilizaban el terror para ejercer el poder sobre el sexo masculino. Para colmo, juntas reían y comían las ofrendas de Jalpen en el santuario. Sin embargo, cierta ocasión, Kren descubrió el engeño. Sin ser visto, se aproximó y pudo escucharlo todo. Cuanto antes, el Sol se congregó con los varones y reveló la verdad.
La respuesta a los engaños de las mujeres provocó la furia de los selknam y la ceremonia del Hain. Dominados por la ira, todos los aldeanos se rebelaron contra las mujeres. Desafortunadamente, los varones asesinaron a sus esposas. Las únicas sobrevivientes fueron las hijas más pequeñas. De hecho, el dios Kren mató a la hija que tuvo con Krah.
Desde entonces, los selknam practicaron esta ceremonia que representa la lucha entre hombres y mujeres. Hay que aclarar que ya no se practican los asesinatos, sólo se trata de rituales de iniciación en la vida adulta.