En la mitología griega, las amazonas son descritas como un pueblo conformado política y socialmente únicamente por mujeres guerreras. Usualmente, las amazonas suelen aparecer en los relatos mitológicos como uno de los principales pueblos enemigos de los griegos, quienes en la antigüedad constituían el centro de la cultura y las artes.
En realidad, la ubicación donde se localizaba este pueblo de mujeres es desconocida, algunos investigadores las ligan con algunos pueblos cercanos al área del Cáucaso, otros cerca de la región de Esticia, en Turquía o cerca del Danubio, entre otros lugares. El famoso historiador griego Herodoto, por ejemplo, las ubicaba en Asia Menor.
Supuestamente, para que no existiera ningún hombre en su estructura social, las amazonas sólo tenían relaciones sexuales con hombres, de preferencia guerreros, de culturas extranjeras; en caso de que una amazonas concibiera un hijo, este era echado del pueblo, o bien, asesinado. En caso de que una amazona concibiera una niña, a esta se le mutilaba, cortándole un seno, para que se les facilitara el empleo en batalla de la lanza y el arco.
Correspondiente con su estilo de vida, en la religión de las amazonas no existía un dios con características masculinas, sino una diosa, conocida como Ártemis, a la que le habían construido un inmenso y hermoso templo; en algunos relatos también se les atribuye la creación de la ciudad de Éfeso.
Existe constancia de algunas amazonas famosas, un caso es el de Pentiselea, quien aparece en los relatos de la Ilíada, luchando en la Guerra de Troya. Pentiselea fue asesinada por el héroe Aquiles.
Otra amazona reconocida fue la conocida como Hipólita; quien tenía entre sus posesiones un cinturón mágico que la volvía más fuerte y valiente en la batalla. Hipólita fue asesinado por Heracles, quien le quitó dicho cinturón.