En Mesoamérica, el maíz tuvo un papel importante, y los zapotecas lo expresan con el mito de Cozobi. Como explican otros mitos, cuando Pitao creó el mundo repartió entre los dioses distintas responsabilidades. En el caso de Cozobi, le fue confiado el maíz tierno. De esta forma el dios fue considerado como el encargado de las cosechas y la abundancia. Sin embargo, no se debe confundir con Pitao Pexe, el señor de la riqueza. Así pues, en conjunto con su hermano Pitao Cociyo hacen brotar las cosechas. Esto se debe a que el segundo es el dios encargado de la lluvia.
La tierra se riega con sangre
Se cuenta a través del mito de Cozobi, que los hombres antiguos le tenían mucha veneración al dios. De hecho, el ritual para este protector de la cosecha era muy solemne. Es decir, antes de comenzar la siembra, los sacerdotes debían hacer sangrar sus orejas. En seguida, depositaban el líquido vital en una urna. Sólo entonces era posible comenzar con la siembra. A su vez, cuando culminaba el ciclo agrícola los sacerdotes realizaban ceremonias otra vez, como símbolo de abundancia. No hay que olvidar que la traducción literal de Cozobi es la abundancia. Motivo suficiente para convertirlo en una de las máximas deidades.
Por último, gracias a las variantes del mito de Cozobi sabemos cómo era representado. En los tiempos zapotecas, Pitaco Cozobi era presentado bajo una forma humanoide. Como era de esperarse, el dios llevaba un enorme tocado en la cabeza. Este atavío era completado por una cabeza de jaguar al frente. En lo referente al penacho, un conjunto de plumas preciosas alternaban con mazorcas. Esta era la corona de Cozobi, el dios de las cosechas abundantes. Por último, podemos mencionar que este dios es uno de los que más curiosidad provoca en los extranjeros.