El venado es un animal de aspecto muy elegante, ágil y veloz. Por esta razón, fue uno de los símbolos más utilizados en la cultura maya del sureste mexicano. Pero el venado, según dicen los mitos, no siempre fue de color marrón: en la antigüedad los venados eran blancos. Los venados cambiaron de color para salvarse de los hombres, quienes lo cazaban, a diferencia de los cazadores actuales, como una ofrenda a los dioses o como un objeto de valor sagrado.
Todavía en los pueblos mexicanos de origen maya, es típico el platillo Tzic, que es un tipo de salpicón de venado, platillo acompañando con jugo de naranja agria, rábanos y cilantro. También es muy frecuente encontrar familias con el apellido Ceh, que en lengua maya significa venado. Además, muchas de las ciudades mayas y varios de sus gobernantes incluyeron el mote del venado. Es evidente que el venado es uno de los símbolos más profundos en la cultura maya, razón por la cual fue incluido en su mitología.
Existe un mito que describe la transformación del venado antiguo en la especie que conocemos hoy en día, relato que también refiere la caza excesiva de este animal y las habilidades físicas que posee para escapar de los cazadores. El mito de la piel del venado, que a continuación referimos, cuenta mediante una visión fantástica, típica del mundo prehispánico, la naturaleza del venado y la costumbre maya de su cacería.
Cuando la piel del venado era blanca
Cuenta un mito maya que en algún tiempo el venado, ágil y elegante animal, no siempre tuvo el aspecto actual. En la antigüedad el venado tenía la piel muy clara, casi blanca, razón por la que estuvo a punto de desaparecer del Mayab, la tierra mítica maya. Al ser tan claro el pelaje del cervatillo, los cazadores lo mataban con mucha facilidad; lo cual sucedía porque los hombres disfrutaban de su carne y construían resistentes escudos con su piel.
En una ocasión, un venado se encontraba bebiendo el agua cristalina de un lago, cuando fue sorprendido por centenares de flechas veloces; habían aparecido unos ambiciosos cazadores, dispuestos a hacerlo su presa. El cervatillo se echó a correr a toda velocidad, pero no lograba perder a los mercenarios. Cuando una flecha estuvo a punto de atravesarle, cayó en una cueva subterránea que estaba cubierta por los matorrales. El venado se lastimó una pata en la caída, mas logró salvar su vida.
Una vez en el interior de la cueva, el venado se quejaba de su herida. El sollozo del animal fue escuchado por los genios, espíritus prodigiosos, que habitaban la guarida. Se manifestaron ante el venado convaleciente, lo vieron herido y sanaron sus heridas con su magia. Las bondadosas ánimas le permitieron quedarse hasta que se recuperara por completo, de este modo, el venado permaneció algunos días en la caverna, tiempo durante el cual los genios se encariñaron con el cervatillo.
El don de los venados
Cuando llegó el momento de dejar la guarida, el venado se despidió de sus protectores, quienes le pidieron que aguardara un poco más, pues tenían algo para él. Uno de los genios dijo al cervatillo que le concederían un don, sin importar cual fuera. El animal pensó por un momento y pidió que de alguna manera los hombres ya no pudieran cazar a los venados, los genios asintieron y salieron de la cueva con el noble animal.
En el exterior de la cueva, los genios llenaron de tierra al venado e imploraron al sol que cambiara el color du su piel. Poco a poco, el pelaje del ciervo se volvió más oscuro, hasta que alcanzó el mismo tono de la tierra y sus lunares característicos. Los genios le aseguraron que con este don, los hombres ya no lograrían distinguirlo; y si alguna vez estuviera a punto de ser cazado, podría ocultarse en las cuevas secretas del Mayab. Por esta razón, según los antiguos mayas, los venados tienen la piel marrón con lunares; además de ser animales muy difíciles de ver y atrapar, pues parecen desaparecer cuando se les persigue.
El animal sagrado maya
Todos los mitos intentan explicar algo, mediante el uso de simbolismos y una lógica que refleja la visión de una cultura en un momento. En el caso de este mito, sobre cómo obtuvo su color el venado, se expresan dos rasgos fundamentales. Por una parte se nos refiere la interpretación del venado como un animal escurridizo y difícil de cazar, que seguramente recibió de los dioses esas virtudes. Y por otra parte, muestra sensibilidad ante la caza del venado.
A diferencia del hombre moderno, los mayas cazaban al venado con fines religiosos. Asimismo, cuando lo hacían con intenciones gastronómicas, la carne del venado se reservaba para ocasiones solemnes. En definitiva, el venado es uno de los símbolos fundamentales en la cosmogonía maya y se le considera un animal sagrado, no en vano fue el venado quien con su pezuña dio forma a los órganos sexuales de la luna.