Uno de los seres que mayor fascinación y temor han causado a los pueblos mexicanos, tanto antiguos como contemporáneos, es el Nahual. Esta figura oscura hace referencia a los brujos que pueden adquirir la forma de un animal por medio de una metamorfosis, con ayuda de la magia negra. Esta criatura sigue causando terror en los pueblos lejanos, donde la gente asegura a ver visto al Nahual: con sus ojos rojos, y dispuesto a llevarse el alma de algún miembro de la casa.
Los nahuales han sido temidos desde épocas prehispánicas. Desde antes de la colonia se creía que algunos chamanes llevaban a cabo rituales bajo la luz de la luna, adquiriendo la habilidad de transformarse un animal específico. Algunos de los frailes españoles que realizaron registros de la cultura precolombina, definían el vocablo Nahual como un término que definía a los brujos de cierta inclinación maléfica.
La naturaleza de los Nahuales
Desde la colonia, los españoles habían notado el terror que infundía la figura del Nahual entre los indígenas. Estos pobladores nativos decían conocer el ritual mediante el que los hechiceros adquirían sus poderes de transformación. Se cuenta que para volverse un Nahual, un nigromante debía llevar acabo un ritual bajo la luna llena, al aire libre. En este rito, el brujo llevaba de antemano la piel curtida del animal en el que pretendía transformarse. Una vez que se habían rezado todas las invocaciones, se apagaba la fogata, acto seguido, el chamán debía revolcarse en las cenizas y luego cubrirse con la piel de criatura.
Los brujos Nahuales suelen escoger animales como caballos, cerdos, perros, coyotes o serpientes. Se optaba por estos animales comunes, ya que podrían pasar desapercibidos entre los corrales y entrar en las casas. Una vez dentro, se dedicaban a hacer de las suyas. Se cuenta que algunos robaban y otros asesinaban. Hicieran lo que hicieran, siempre se trataba de un fin dañino.
Existen otro tipo de Nahual que se transforma en algún elemento de la naturaleza, como el rayo, el viento o el fuego. De este tipo de nahualismo se desprende otro tipo de relatos terroríficos, el de las brujas que se convierten en bolas de fuego. Estas historias son comunes en las rancherías del centro y norte de México, donde se dice que algunas mujeres amantes de brujería se convierten en esferas de fuego. Bajo esta metamorfosis, las brujas salen en grupo y van de pueblo en pueblo sembrando el terror por mera diversión.
Los Nahuales también son buenos
Aunque en el imaginario mexicano, antiguo y contemporáneo, los Nahuales viven con el estigma de seres malvados, existe una acepción menos conocida del nahualismo: se trata de los animales guardianes. Ya en tiempos previos a la conquista, se creía que algunas personas nacían vinculadas a un animal protector, con el que compartían el mismo destino. Dicho de otra forma, aquel que tenía a un animal Nahual moriría si su criatura protectora muriese, y viceversa.
Desafortunadamente para los Nahuales protectores, la mente del pueblo mexicano siempre relacionará al Nahual con un ser maléfico, concebido exclusivamente para hacer el mal.