Cuentan los relatos más antiguos este mito del zapote, el fruto que dio lugar a la cultura zapoteca. Se dice que en tiempos muy remotos 400 mil hombres vagan por la tierra, buscando sustento. Estos hombres habían sido enviados por su deidad Yostalteptl, quien había creado el cielo, la tierra y todas las cosas. Sin embargo, en esta peregrinación fueron abandonados por la deidad y vagaron por caminos tormentosos. Conforme avanzaban, cientos de hombres perecían. Esta travesía continuó hasta llegar a un conjunto de cerros, con un bosque en la cima. A su vez, los árboles que poblaban el bosque rebozaban de frutos nunca antes vistos.
La diosa Zapotlatlenan
Los ancianos zapotecas también cuentan esto del mito del zapote. Aquellos hombres, desamparados y hambrientos, veían los abundantes frutos pero no los comían. Debido a que eran especímenes desconocidos nadie quería comerlos y morir a causa de envenenamiento. De este modo siguieron pereciendo centenares de hombres, hasta que una diosa se manifestó ante ellos. Al verla, los peregrinos le suplicaran que los salvara de la calamidad. Entonces ella dijo que su nombre era Zapotlatlenan y ella les daría el sustento. Dijo: el fruto que cuelga de estos árboles divinos les dará todo lo necesario, pueden comerlos.
Los hijos del zapote
Gracias a lo fruto de aquellos bosques los peregrinos lograron salvarse de la muerte y fundar la cultura zapoteca. Se dice que una vez que prosperaron, decidieron llamar a este fruto como zapote en honor a Zapotlatlenan. Por si fuera poco, estos hombres antiguos se hicieron llamar zapotecas porque gracias al zapote pudieron prosperar. Se sabe que esta cultura alcanzó un importante grado de desarrollo. En la actualidad, el mito del zapote es muy conocido en las comunidades indígenas de Oaxaca. Además el zapote sigue siendo parte de la gastronomía folclórica de México.