En las alturas de los Andes florece un árbol con hojas de dos colores, que dio origen al mito del quishuar. Ya desde tiempos de los incas esta planta era considerada sagrada. Pero este mito nace en tiempos posteriores. Todo comienza en el camino que comunica a Cajamarca con Chetilla. Dicha ruta era transitada por caminantes, comerciantes, pero también por bandidos. La gente salía decir que si aparecían caballos con buenas monturas relucientes seguro eran ladrones. Por desgracia, un peregrino que acaba de vender su ganado en Cajamarca se vio amenazado por ellos. La tarde era lluviosa y hacía mucho viento.
Un milagro en el mito del quishuar
De acuerdo con el mito del quishuar, el pobre caminante daba por hecho que lo asaltarían los bandidos. De pronto, diversas voces provenientes de un bosque de árboles quishuar lo llamaban por su nombre. El temor a los bandidos era mayor al que le causaban aquellas voces fantasmagóricas. Así que se internó entre los árboles. Debido a las fuertes ráfagas de vientos, las hojas del quishuar pasaron de su cara verde a la blanca. Cuando los bandoleros se asomaron a la orilla del camino, encontraron un bosque blanco y no verde. Como se creyeron confundidos siguieron buscando en otra parte.
Gracias a la hoja con dos colores del árbol quishuar el caminante pudo volver a casa con el dinero para su familia. De acuerdo con el mito del quishuar, cuando la lluvia y el vendaval terminaron el bosque volvió a ser verde. Así mismo, el viajero pudo salir del escondite y continuar su peregrinaje. En casa contó lo sucedido. No obstante, aquel hombre nunca olvidó y el favor y dedicó su vida a proteger estos árboles. Por esta razón se dice que está prohibido atentar contra el quishuar, que sirve de protector de los viajeros.